Expresionismo
El expresionismo surge en Alemania en la segunda década del siglo XX. Se caracteriza por una representación subjetiva y deformada de la realidad. Además, se considera una vanguardia contraria al impresionismo ya que en el impresionismo se busca reflejar la realidad tal cual la perciben los sentidos y en el expresionismo predomina la representación del mundo interno del artista. Esta vanguardia desaparece a raíz de que fue tachada como “arte degenerado” por el nazismo y fue prohibida por supuestos vínculos con el comunismo.
Características:
El expresionismo se caracteriza principalmente por cinco puntos: la distorsión de la realidad (Los expresionistas distorsionaban las formas y usaban colores vibrantes y alterados, trazos violentos y pinceladas gruesas), el contenido simbólico (Las obras expresionistas buscaban provocar o generar conmoción, inquietud e introspección. A menudo recurrían a las metáforas y los símbolos para establecer una conexión más profunda con el espectador), hacer énfasis en la subjetividad (El expresionismo se caracterizó por indagar en la experiencia y la expresión individual para acceder a los pensamientos y emociones más profundas), sus temas giraban en torno a la condición humana (el expresionismo surgió en la Alemania de entreguerras, sumergida en una crisis moral, política y económica que motivó una transformación de los lenguajes) y porque sus temas eran emocionalmente intensos (Los expresionistas tendían a temáticas de fuerte contenido emocional como la soledad, la miseria, la ansiedad, la ira, el conflicto, el miedo o la angustia).
Objetivos:
El expresionismo quería reflejar estados psicológicos y emocionales como el miedo o la soledad de manera intensa y provocar una reacción. Se alejaron de la búsqueda de la belleza y objetividad y se centraron en mostrar el caos y las experiencias humanas con la intención de criticar la sociedad.
Pintura:
El principal representante del expresionismo en la pintura es Ernst Ludwig Kirchner. Este artista lideró un grupo llamado Die Brücke (El puente) que pretendía cambiar la forma de expresar el arte ya que buscaban la libertad y contar sus emociones, tanto es así que la mayoría de las obras de este grupo se caracterizan por hablar de temas marginales o temas considerados “tabú”. A este grupo se unió posteriormente Otto Müller.
También surgió otro grupo en Múnich llamado Der Blaue Reiter (El jinete azul) que, a diferencia del anterior, no buscaban una representación tan cruda sino que preferían un estilo más refinado, llegando hasta el punto de usar una representación abstracta.
Además, hay algunos pintores españoles que hicieron algunos cuadros expresionistas como Pablo Picasso con su cuadro “Masacre en Corea” o la artista Ángeles Santos con “El mundo” y “La tertulia”.
Estilos
Expresionismo abstracto. Este estilo se caracteriza por usar formas no realistas, grandes pinceladas y colores intensos. Buscaban transmitir emociones a través de figuras totalmente abstractas, sin usar ninguna referencia del mundo real.
Neoexpresionismo. Este estilo conserva la esencia del expresionismo pero con un enfoque diferente ya que estaba influenciado por las diferencias tendencias que se daban en los años 80. Abordan temas como la política, la historia y la identidad personal.
Expresionismo cubista. Fusiona el expresionismo y el cubismo. Combina la emoción intensa y la subjetividad del expresionismo con la descomposición en formas geométricas del cubismo.
*Art Nouveau: En realidad no es un estilo del expresionismo pero comparte muchas características con él como su interés por expresar las emociones con formas de la naturaleza. Aunque el Art Nouveau es más decorativo y ornamental que el expresionismo, su búsqueda de la belleza y la expresividad a través del arte lo conecta, en cierta medida, con los principios expresionistas.
Literatura:
La literatura del expresionismo rompió con las formas literarias tradicionales. Se caracterizó por exponer las emociones humanas de manera cruda e intensa y se enfocó en temas como la soledad, la muerte, la guerra y la locura.
Los autores expresionistas abandonaron la búsqueda de objetividad para centrarse en su mundo personal e íntimo. Utilizaron un lenguaje cargado de símbolos, metáforas e imágenes exageradas e incluso grotescas.
Tanto la narrativa como la poesía y el drama reflejaron la angustia y el vacío existencial que marcaban a Europa en aquel momento. Esto se observa en el tono sombrío y patético del lenguaje y en la exploración psicológica de los personajes, que suelen expresar sufrimiento, alienación, pesimismo y desolación.
Ejemplos:
Metamorfosis: novela corta de Franz Kafka que trata de la transformación repentina de Gregorio Samsa en un insecto enorme y narra las dificultades que se dan en su entorno respecto a esta transformación hasta que es considerado intolerable por su familia.
La montaña mágica: habla de Hans Castorp, un joven ingeniero que llega a un sanatorio de los Alpes suizos para visitar a su primo. Esta visita se alarga más de lo pensado y acaba formando parte de esta nueva forma de vida en la que se relativiza el transcurso del tiempo.
El despertar de la primavera: narra la historia de un grupo de adolescentes alemanes en el siglo XIX que están experimentando por primera vez el amor y el sexo en una sociedad represiva y muy exigente
La muerte de Danton: toma como pretexto dramático los acontecimientos de la, por entonces aún cercana, Revolución Francesa, concretamente el desenlace del enfrentamiento entre el protagonista y la facción de Robespierre
Cine:
Debido a la difícil situación de Alemania tras la guerra, el cine fue otra herramienta para plasmar mediante géneros como el terror, ciencia ficción y fantasía, las emociones y preocupaciones de la sociedad alemana. Aunque también estuvieron presentes otros géneros como la comedia y el romance.
La primera película expresionista fue en 1920 el gabinete del doctor Caligari dirigida por Robert Wiene. Cuenta una historia basada en hechos reales de un doctor malvado que utiliza a un chico llamado Cesare que es sonámbulo para cometer crímenes. En esta película destaca la actuación exagerada, maquillaje muy marcado, mucho contraste en luz y sombra, colores y por último decorados pintados a mano con perspectivas deformadas. Todo esto busca expresar estados mentales y emociones como la locura y el miedo.
Nosferatu de 1922 es una película de terror dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau. Es una adaptación de la novela Drácula de Bram Stoker. Trata de un agente inmobiliario llamado Hutter que es enviado a transilvania para cerrar la venta de una casa con el conde Orlok que es un vampiro. Este se interesa en la mujer de Hutter trayendo con él muerte y plagas en Wisborg. Ellen, su mujer se ofrece como sacrificio atrae al vampiro durante el amanecer hasta que sale el sol y lo mata. Gracias a esta película se formó el concepto de vampiro que tenemos hasta hoy añadiendo la idea de que los vampiros mueren con la luz del sol. Las escenas de interior se grabaron en unos estudios mientras que el resto se grabó en sitios reales de Eslovaquia. Hoy en día es muy reconocido en la cultura popular habiendo aparecido en series de televisión y otras películas.
Metrópolis dirigida por Fritz Lang y estrenada en 1927 exploró el expresionismo mediante la arquitectura con edificios monumentales, escenarios distorsionados y abstractos, efectos especiales impresionantes para la época y el uso de contrastes de luces y sombras. Cuenta la historia de una ciudad futurista dividida entre la clase alta que vive en el paraíso de la superficie y la clase obrera que viven en las profundidades trabajando para mantener las máquinas que sostienen la ciudad. Freder, el hijo de un gobernante al ser guiado por Maria que es una líder espiritual y ver las duras condiciones de las personas de la clase obrera decide convertirse en mediador de las dos clases. Un científico crea un robot con la apariencia de María para sembrar el caos. Todos descubren el engaño y consiguen restaurar la paz y crear un mundo más justo.
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