Esquizofrenia

Presentación esquizofrenia

 

  1. Causas

  2. No se sabe qué causa la esquizofrenia, pero los investigadores creen que puede relacionarse con una combinación de genética, neuroquímica cerebral y el entorno, aunque hay algunos factores que parecen aumentar la probabilidad de padecerla (Y explicar la lista)

    1. Antecedentes familiares: que un familiar padezca la enfermedad.

    2. Experiencias de vida: vivir en la pobreza, con mucho estrés o en peligro.

    3. Problemas de embarazo o parto: una nutrición insuficiente antes o después del nacimiento, peso bajo al nacer o exposición a toxinas o virus antes del nacimiento que pueden afectar el desarrollo del cerebro

    4. Consumo de drogas psicoactivas, es decir, sustancias introducidas al organismo por cualquier vía de administración, ya sea indirecta (oral, inhalada, fumada…) o directa (intravenosa, intramuscular…) que al ser administradas alteran el funcionamiento del sistema nervioso central de individuo, modificando la conciencia, estado de ánimo o los procesos del pensamiento. 

  3. Síntomas (generales) 

  4. No todas las personas con esquizofrenia padecen todos los síntomas. Según los síntomas que padezcan se clasifican en los distintos tipos de esquizofrenia que se explicarán después. 

    1. Ideas delirantes: creen cosas que no son ciertas, como creer que le acosan, que son famosos o que va a ocurrir una catástrofe. La mayoría de personas con esquizofrenia padecen este síntoma. 

    2. Alucinaciones: escuchar o ver cosas que no son reales. Para la persona se ven completamente reales. Lo más común es escuchar voces.

    3. Discurso y pensamiento desorganizado: el discurso desorganizado causa el pensamiento desorganizado. Dificultad para hablar con otras personas. Las respuestas que las personas con esquizofrenia dan a las preguntas pueden no estar relacionadas con lo que se les pregunta o pueden estar incompletas. En ocasiones poco frecuentes, las personas hablan sin sentido y unen palabras que no están relacionadas

    4. Comportamiento motor desorganizado o inusual: se puede ver reflejado de varias formas, pero la más común es agitarse (literalmente mover el cuerpo) sin motivo también se pueden mover de formas que no son típicas o que no son apropiadas para el entorno social. O bien puede que no se muevan mucho o no respondan en absoluto. El comportamiento no está enfocado en un objetivo, así que es difícil hacer las tareas, por lo que puede que estas personas no quieran seguir instrucciones o hacer tareas simples (como barrer o fregar los platos).

    5. Denominados síntomas negativos: pueden no ser autosuficientes, no bañarse, no establecer contacto visual, no expresar emociones, retraerse socialmente, no pensar en el futuro en la toma de decisiones…

  5. Síntomas (adolescentes)

    1. Pueden distanciarse de amigos y familiares.

    2. Tener un bajo rendimiento escolar o bajar el resentimiento que tenían anteriormente.

    3. Pueden tener problemas para dormir.

    4. Pueden ser irritables y sentirse deprimidos. 

    5. Pueden tener una falta de motivación contínua.

  6. Problemas

    1. Problemas con el alcohol y/o drogas: adicciones que pueden hacer que los síntomas de la enfermedad reaparezcan y/o empeoren.

    2. Problemas físicos suele ser la obesidad por un sedentarismo extremo y por los efectos secundarios de los medicamentos.

    3. Suicidio muchas veces por las alucinaciones o ideas delirantes o simplemente por lo que conlleva padecer estos síntomas. 

  7. Tipos

    1. Paranoide: Es uno de los tres trastornos según la categorización de Clúster y el único que se ha tomado por válido de esta categoría (clúster A). Iba acompañado por los trastornos esquizoide y esquizotípico. Este tipo se caracteriza por las ideas delirantes. La persona que lo padece siente una constante desconfianza hacia todo el mundo. Cree que es el objetivo de algún plan malvado, cree que sus amigos y familiares tienen un complot contra él, que cada persona que se cruza por la calle quiere hacerle daño de alguna manera…

    2. Desorganizada: se caracteriza por el síntoma del discurso y pensamiento desorganizado. Tanto el lenguaje como el comportamiento de la persona están alterados, no responden a estímulos externos de manera adecuada. La afectividad en estas personas se ve alterada o aplanada. 

    3. Catatónica: se caracteriza por presentar catalepsia, es decir, la persona queda inmóvil desde minutos hasta horas en la misma posición, también se caracteriza por tener un negativismo extremo, mutismo, es decir, la ausencia permanente o temporal del lenguaje, también por adquirir posturas raras, hacer movimientos extraños, muecas, presentar ecolalia y ecopraxia, es decir, imitar palabras o movimientos de personas a su alrededor. En ocasiones también pueden presentar una actividad motora excesiva. 

    4. Indiferenciada: personas que claramente tienen esquizofrenia pero no tienen síntomas que encajen en ningún tipo ni sigue ningún patrón que se haya dado antes.

    5. Residual: presenta leves síntomas tanto positivos como negativos. Los “positivos” serían las alucinaciones, las ideas delirantes, el discurso y pensamiento desorganizado… y, los negativos, como ha explicado antes Candela, serían lo de no ser autosuficientes, no establecer contacto visual…

  8. Cerebro

    1. En la imagen se puede observar el escáner cerebral se una persona sin la enfermedad y otra con la enfermedad: La persona que padece la enfermedad sufre una disminución general del tamaño del cerebro, pero un aumento de los ventrículos laterales, que sería lo que muestra la tercera imagen. 

  9. Estadísticas

    1. En la imagen se muestra los porcentajes tanto totales como por edad de las personas que sufrían esquizofrenia en España en el año 2017 (no hemos podido encontrar más recientes) 

      1. Se puede observar que es una enfermedad bastante más común en hombres y que se tienen más registros de hombres entre los 50 y los 54 años y más registros de mujeres con esta enfermedad de entre los 50 a los 59 y de los 85 a los 89.

  10. Diagnóstico

    1. El diagnóstico es complejo y requiere una evaluación clínica exhaustiva, ya que no existe una prueba única y definitiva que permita detectar el trastorno. En general, el proceso de diagnóstico se basa en criterios establecidos por manuales internacionales como el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadísitco de los trastornos mentales) y CIE-11 (clasificación internacional de enfermedades).

    2. Según el DSM-5, para diagnosticar esquizofrenia deben cumplicar al menos dos o más sintomas caracterisicos durante un mes, siendo al menos uno de ellos delirios, alucinaciones o discurso desorganizado. Otros síntomas pueden incluir comportamiento catatónico o gravemente desorganizado y síntomas negativos. 

    3. El diagnóstico tambíen debe descartar otros trasftornos mentales, como el trastorno esquizoafrectivo o el trastorno bipolar, así como condiciones médicas, como tumores cerebrales, epilepsia, consumo de sustancias, que puedan producir síntomas similares.

    4. Se pueden usar estas herramientas en algunos casos:

      1. Resonancia magnética tomografía para descartas lesiones cerebrales

      2. Pruebas neuropsicológicas para evaluar el deterioro cognitivo

      3. Entrevistas estructuradas y cuestionarios estandarizados para evaluar los síntomas.

    5. El diagnóstico suele ser realizado por un psiquiatra o un equipo multidispliciar especializado en salud mental, es crucial que se base en la observación prolongada en el paciente, el historial clínico y entrevistas a familiares o cuidadores.

  11. Tratamiento

    1. No existe una cura, pero con un tratamiento adecuado, muchas personas pueden lograr una vida funcional y estable

    2. Tratamiento farmacológico: antipsicóticos, que ayudan a controlar síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios. Se dividen en dos grupos:

      1. Típicos (primera generación, como el haloperidol o la clorpromazina. Son eficaces en síntomas positivos, pero tienen grandes efectos secundarios, como tesblores, rigidez…

      2. Atípicos (Segunda generación) Como la risperidona, olanzapina, quetiapina o aripiprazol. Son más utilizados por su mejor tolerancia y eficacia en síntomas negativos y cognitivos.

    3. En caso de resistencia al tratamiento, se emplea clozapina, aunque requiere controles médicos estrictos

    4. Psicoterapia:

    5. NO SUSTITUYEN A LA MEDICACIÓN, pero son un complemento fundamental. Las más comunes son:

      1. Terapia cognitivo conductual (TCC): ayuda al paciente a identificar y manejar pensamientos delirantes o distorsionados, reduciendo el malestar emocional y mejorando la funcionalidad.

      2. Psicoeducación: tanto para pacientes como para familias. Proporciona información sobre la enfermedad y herramientas para afrontar recaçidas, adherencia al tratamiento y crisis.

      3. Terapia familiar: Mejora la comunicación, reduce el estrés e el entorno y disminuye las hospitalizaciones.

      4. Rehabilitación psicosocial: promueve habilidades sociales, laborales y de autonomía para la reintegración del paciente a la comunidad

  12. Diagnóstico

    El diagnóstico de la esquizofrenia es complejo y requiere una evaluación clínica exhaustiva, ya que no existe una prueba única y definitiva que permita detectar el trastorno. En general, el proceso diagnóstico se basa en criterios establecidos por manuales internacionales como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5.ª edición) y la CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades, 11.ª edición).

    Según el DSM-5, para diagnosticar esquizofrenia deben cumplirse al menos dos o más síntomas característicos durante un periodo significativo de un mes, siendo al menos uno de ellos delirios, alucinaciones o discurso desorganizado. Otros síntomas pueden incluir comportamiento catatónico o gravemente desorganizado y síntomas negativos (como aplanamiento afectivo o pobreza del habla). Además, deben observarse alteraciones importantes en el funcionamiento social, laboral o personal durante al menos seis meses.

    El diagnóstico requiere también descartar otros trastornos mentales, como el trastorno esquizoafectivo o el trastorno bipolar, así como condiciones médicas (tumores cerebrales, epilepsia, consumo de sustancias) que puedan producir síntomas similares.

    En algunos casos se utilizan herramientas complementarias:

    • Neuroimagen (resonancia magnética o tomografía) para descartar lesiones cerebrales.

    • Pruebas neuropsicológicas para evaluar el deterioro cognitivo.

    • Entrevistas estructuradas y cuestionarios estandarizados para evaluar síntomas.

    El diagnóstico suele realizarlo un psiquiatra o un equipo multidisciplinar especializado en salud mental, y es crucial que se base en la observación prolongada del paciente, el historial clínico y entrevistas a familiares o cuidadores.


    3. Tratamiento

    El tratamiento de la esquizofrenia requiere un enfoque integral, multidisciplinar y adaptado a cada paciente. No existe una "cura" definitiva, pero con un tratamiento adecuado, muchas personas pueden lograr una vida funcional y estable.

    a) Tratamiento farmacológico:

    El pilar del tratamiento son los antipsicóticos, que ayudan a controlar los síntomas psicóticos (como alucinaciones y delirios). Se dividen en dos grupos:

    • Antipsicóticos típicos (de primera generación): como el haloperidol o la clorpromazina. Eficaces en síntomas positivos, pero con mayores efectos secundarios (temblores, rigidez, discinesia).

    • Antipsicóticos atípicos (de segunda generación): como la risperidona, olanzapina, quetiapina o aripiprazol. Son más utilizados actualmente por su mejor tolerancia y eficacia en síntomas negativos y cognitivos.

    En casos de resistencia al tratamiento, se emplea clozapina, aunque requiere controles médicos estrictos.

    b) Psicoterapia:

    Las terapias psicológicas no sustituyen a la medicación, pero son un complemento fundamental. Las más comunes son:

    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda al paciente a identificar y manejar pensamientos delirantes o distorsionados, reduciendo el malestar emocional y mejorando la funcionalidad.

    • Psicoeducación: tanto para pacientes como para familias, proporciona información sobre la enfermedad y herramientas para afrontar recaídas, adherencia al tratamiento y crisis.

    • Terapia familiar: mejora la comunicación, reduce el estrés en el entorno y disminuye las hospitalizaciones.

    • Rehabilitación psicosocial: promueve habilidades sociales, laborales y de autonomía para la reintegración del paciente en la comunidad.

    c) Otros abordajes:

    • Programas de inserción laboral y ocupacional.

    • Terapias alternativas (arte, música, mindfulness).

    • En algunos casos, puede recurrirse a la hospitalización si hay riesgo para la persona o su entorno.

    El tratamiento es crónico, y su eficacia depende en gran medida de la adherencia del paciente, el apoyo del entorno y el acceso a servicios de salud mental adecuados.


    4. Evolución y pronóstico

    La evolución de la esquizofrenia es muy variable. Aunque es un trastorno crónico, no siempre implica un deterioro progresivo ni una pérdida total de la funcionalidad. Muchos pacientes logran estabilizarse con tratamiento y apoyo adecuados.

    a) Curso de la enfermedad:

    La esquizofrenia suele iniciar entre los 15 y los 35 años, con una fase prodrómica de síntomas leves (apatía, retraimiento social, insomnio) antes de la aparición de los episodios psicóticos agudos.

    Después del primer brote, el curso puede seguir diferentes patrones:

    • Curso episódico con recuperación parcial o total entre crisis.

    • Curso crónico con síntomas persistentes y deterioro progresivo.

    • Curso con remisión prolongada, en pacientes que responden muy bien al tratamiento.

    b) Factores que influyen en el pronóstico:

    • Inicio temprano y brusco suele asociarse a peor evolución.

    • Buen funcionamiento premórbido (nivel académico, relaciones sociales) predice mejor pronóstico.

    • Adherencia al tratamiento es clave para evitar recaídas.

    • El apoyo familiar y social mejora los resultados a largo plazo.

    • El consumo de drogas, especialmente cannabis, empeora significativamente la evolución.

    c) Calidad de vida y funcionalidad:

    Con el tratamiento y apoyo adecuado, muchos pacientes pueden trabajar, estudiar o tener relaciones afectivas estables. No obstante, un porcentaje significativo necesita supervisión o apoyo para actividades básicas. La detección temprana y un enfoque personalizado mejoran considerablemente las expectativas.


    5. Impacto en la vida cotidiana

    La esquizofrenia afecta de forma global a la vida de quien la padece, no solo en el plano clínico, sino también en su vida personal, social, familiar y laboral. El impacto varía según la gravedad de los síntomas, el tipo de apoyo recibido y la respuesta al tratamiento.

    a) Relaciones personales y familiares:

    Las personas con esquizofrenia suelen tener dificultades para establecer y mantener relaciones estables debido a:

    • El aislamiento social derivado de los síntomas.

    • El miedo, la incomprensión o el estigma que genera el trastorno.

    • Las tensiones familiares provocadas por las crisis psicóticas, la falta de comunicación o la carga emocional de los cuidadores.

    La familia suele convertirse en un pilar fundamental para el paciente, aunque también puede verse desbordada si no recibe apoyo profesional.

    b) Educación y empleo:

    El inicio del trastorno en la juventud interrumpe muchas veces los estudios y dificulta la inserción laboral. Las alteraciones cognitivas, como la pérdida de atención o memoria, pueden limitar el rendimiento académico o profesional.

    No obstante, con programas de inserción sociolaboral y adaptaciones razonables, muchos pacientes pueden desempeñar trabajos protegidos o convencionales.

    c) Autonomía y vida independiente:

    El grado de autonomía varía mucho entre pacientes. Algunos pueden vivir de forma independiente con seguimiento ambulatorio; otros requieren apoyo diario o instituciones especializadas.

    Aspectos cotidianos como la gestión del dinero, la alimentación o la higiene pueden requerir supervisión en casos más graves.

    d) Actividades de ocio y participación social:

    La pérdida de motivación (abulia), la ansiedad social o el estigma impiden con frecuencia la participación en actividades recreativas, culturales o comunitarias. Fomentar la integración mediante actividades estructuradas es fundamental para la recuperación psicosocial.


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